DÍA INTERNACIONAL DE LA ACUARELA NOV 2012

        El día anterior, paseando por allí, justo después de haber comprado lotería de Navidad en el Gato Negro y tras haberme asomado (atraido por una música que procedía del interior de la Catedral) por una de las  la puertas que dan a la Avenida, descubriendo con sorpresa al obispo y al alcalde en una procesión por dentro de la Catedral con la espada de San Fernando, me encontré con Eduardo que miraba la Plaza Nueva -igual que yo- estudiando encuadres interesantes para el día siguiente. Nos tomamos luego un café y me acompañó a la Factoría del Arte, donde compré mis dos primeros pinceles de pelo de marta (pequeños), un panel-soporte para un papel algo mayor de lo que hasta ahora había utilizado, pues me propuse "pintar más grande", y una cinta engomada para el tensado del papel, técnica que Eduardo me explicó con detalle y que esa misma noche intentaría.
        Tras escuchar del compañero trucos y argucias de acuarelista, nos despedimos y cada uno siguió su camino...
        Llegó el día.  Una experiencia estupenda en la Plaza Nueva de Sevilla.
        Por la mañana, cuando llegué, para combatir el pánico escénico, me coloqué en un sitio de paso de muchas personas, o sea, "entormedio", "; mientras me enfrento por primera vez a un formato grande (para mí grande es la mitad de una hoja Ingres de 56x76cm.), iba recibiendo "visitas" (de conocidos y de desconocidos,.de paisanos y de extranjeros, algunas mudas y otras parlantes, breves y profusas, de todas las edades, todas agradables).

    

        Un día gris, con amenaza de lluvia que finalmente no se produjo.

        Intenté plasmar el color del día, en una vista con la giralda al fondo y unas pilonas con cadenas en primer plano.

        Tras derramar medio vaso de agua por tropezar dos veces con una pata de mi caballete, empiezo a pintar...

        Al final, Miguel me sugiere oscurecer los primeros planos y aclarar algo los más lejanos, para ganar en profundidad, enseñándome cómo restar pigmentos con pincel de cerda dura y papel... Emilio me asesora sobre el equilibrio de masas y colores, y me aconseja que enfatice la verticalidad, incluso cortando los márgenes laterales, cosa que hice luego en casa, quedando como lo presento.

        Tras un paseo para ver los cuadros de los demás, incluidos el taller de niños y el enorme cuadro "a tres", tuvimos un agradable almuerzo.

 


        Por la tarde, una segunda oportunidad. Elías nos da una hora como máximo.
        Decidí, angustiado, utilizar un formato pequeño y apaisado. Busqué un motivo apropiado y horizontal.... ¡la parada del tranvía!.
        Dibujé, de pie y sin caballete, (para no perder tiempo), a ratitos, entrte ida y venida del tranvía, pues cuando paraba me ocultaba la vista, con un rotulador pilot negro...

...y luego, sentado en un banco, coloreé.

 
 
        Misión cumplida.  Expusimos las obras y se acabó.
        He aprendido mucho.  Ha sido fantástico.