En mi caso, aprendiz de acuarelista en fase 1, sin estilo definido, debo decir que por ahora me apoyo mucho en el dibujo previo -con un lápiz 2B o con un rotulador pilot negro- como un niño que aprende a andar se sirve de un andador o gatea para no despegarse demasiado del suelo.
Esa inseguridad se debe a que a mí, tanto el pincel -tan diferente a un lápiz al carecer de un extremo rígido y fijo, como los colores de acuarela que forman "manchas móviles incontroladas", todavía me resultan complicados de dominar.
Aquí expongo tres dibujos a lápiz; el del aula me recuerda a mi primera acuarela (también de un aula- infantil- inventada) pintada el año pasado y que también adjunto, y uno con rotulador, todos ellos más o menos rápidos. El último, comparado con su posterior acuarela correspondiente.
LUCÍA 1 LUCÍA 2
ALUMNOS EN UN EXAMEN
NIÑOS EN CLASE
ESTATUA ECUESTRE DE SAN FERNANDO
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